Comienza el periodo de vacaciones, y millones de automovilistas se concentran en las carreteras españolas en uno de los momentos de mayor intensidad de tráfico del año, y también el de mayor riesgo.

Según estudios del Race, muchas de las asistencias realizadas durante las pasadas vacaciones estivales fueron por problemas mecánicos relacionados con el aumento de las temperaturas.

La intensidad del calor, unido a una falta de mantenimiento, provoca un mayor desfallecimiento del motor, que en muchos casos se podría haber evitado con un pequeño chequeo de seguridad y niveles antes de emprender el viaje.

Destacan los casos de calentamiento del motor y los de pérdida de agua. En este sentido, los problemas mecánicos relacionados con la temperatura son muy complicados de solucionar in situ, lo que provoca un mayor perjuicio para los viajeros que ven como el coche es remolcado a un taller, por un lado, y ellos deben continuar el viaje o esperar la reparación a través de los medios puestos a disposición por su asistencia en carretera y en viaje.

Los desplazamientos estivales muestran otro tipo de averías menos frecuentes durante el resto del año, como son los errores en el repostaje, perder la llave de seguridad de las tuercas de las ruedas u olvidar las llaves en el maletero o en el interior del coche.

Una pequeña revisión puede salvar nuestras vacaciones

Ante un largo desplazamiento, en el que vamos a someter a nuestro vehículo a un esfuerzo mayor, debemos realizar una rápida revisión, teniendo en cuenta unos puntos básicos de control.

Comprobar el estado de los neumáticos, tanto la profundidad del dibujo, como la presión de los mismos (incluida la rueda de repuesto). Hay que tener en cuenta la carga para ajustar la presión, y seguir las recomendaciones del manual del vehículo.

Comprobar niveles: aceite de motor, refrigerante, frenos, dirección… Es aconsejable llevar un poco de aceite en el coche, por si es necesario rellenar el nivel.

Comprobar el estado de la dirección y frenos. Una inspección visual para chequear su estado. En el caso de detectar alguna anomalía, se debe acudir urgentemente a un taller para su revisión en profundidad.

Comprobar el estado y ajuste en altura del alumbrado, sobre todo si se va a conducir de noche, y se lleva el coche cargado. La regulación se puede hacer normalmente desde el interior del vehículo, mediante las distintas posiciones de ajuste. Así se evita deslumbrar al resto de usuarios.

Un vehículo correctamente mantenido y revisado mejora la seguridad, reduce las probabilidades de sufrir un accidente o fallo mecánico que puede arruinar nuetras vacaciones.

Y no hay que olvidar los elementos obligatorios para el vehículo

Hay que verificar que llevamos algunos elementos necesarios en caso de avería como linterna, juego de lámparas, gato, tuerca de seguridad y llave por posible pinchazo (y herramientas), triángulos de señalización, chaleco reflectante y, por supuesto, el teléfono de contacto de la asistencia en viaje.

Una avería en carretera supone un problema y un riesgo, tanto para el conductor como para los ocupantes durante el viaje. En caso de avería o accidente, en la medida de lo posible, pare en un lugar seguro, póngase el chaleco, coloque los triángulos y llame a su asistencia en carretera.

Otros consejos de Seguridad

Tenga cuidado al aparcar en una zona de rastrojo o monte tras una circulación prolongada: el contacto del catalizador o del tubo de escape con las zonas secas del monte pueden provocar un incendio.

Durante el viaje, esté pendiente de los testigos de temperatura, especialmente en atascos y retenciones. Si el coche sufre un sobrecalentamiento, pare en un lugar seguro lo antes posible, apague el motor y no tocar nada del mismo por el riesgo de quemaduras con el motor o líquidos. Llame a su asistencia. Y si le ha sucedido más veces, sería recomendable llevar una garrafa con agua o refrigerante en el maletero.

El sistema de refrigeración permitirá que el interior del auto esté fresco. Si este no funciona bien, puede ocasionar que el motor se caliente más rápidamente.

Evitar conducir de forma agresiva, ya que al frenar, el calor generado por el roce con las pastillas y el calor exterior hace que su refrigeración sea más difícil. Reduciendo la vida útil por el recalentamiento, además de que el líquido de frenos también se agota.

El calor extremo evapora líquidos y deteriora componentes, por lo que debemos intentar siempre mantener el coche ventilado y aireado, y aparcado en zonas de sombra.

Si dejamos el coche expuesto mucho tiempo al sol, debemos proteger el interior con un parasol y un protector del volante, lo que reducirá algo la temperatura interior

Antes de iniciar la marcha, dejar las ventanillas y puertas abiertas durante 30 segundos, y posteriormente, encender el climatizador.

Evitar viajar en las horas de más calor del día, sobre todo si viajamos con niños, con personas mayores, incluso con animales de compañía, que sufren mucho.

Proteger las ventanillas traseras con protectores solares, para evitar el sol directo. Combate el calor con ropa cómoda y traspirable, gafas de sol y haz paradas regulares en largos viajes parta descansar e hidratarte.

Mantener una temperatura en el interior del habitáculo entre 21-22 grados de manera continua, intentando evitar poner el chorro del aire nos den directamente en el cuerpo. Abrir las ventanillas periódicamente para evitar un ambiente muy reseco.

Pese a todas estas precauciones, podemos sufrir un percance, y en este caso será muy importante contar con un seguro de asistencia en viaje que evite arruinar nuestras vacaciones.

Para solucionar cualquier duda, o si quiere comprobar antes de iniciar sus vacaciones que su cobertura es adecuada, rellene el siguiente formulario, y nos pondremos en contacto.

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