[popup show=”IMG1″]
En cuanto a los peligros que pueden derivarse de la circulación por rotondas, es muy común que quien no conoce la vía por la que circula, no sabe exactamente dónde se encuentra la salida que debe tomar, y por tanto, no ha elegido el carril adecuado para el destino. Así, ocurre que se invade inconscientemente otro carril, pensando con cierto temor en que perdemos nuestra salida. Realmente, el comportamiento adecuado en caso de que nos equivoquemos, supone un daño muy pequeño. La posibilidad de continuar la circulación dentro de la rotonda, y dar un giro completo para volver a intentar salir adecuadamente, es la opción más correcta que tenemos que tener siempre en mente, como respuesta automática asociada a la seguridad vial, y evitar cualquier tipo de accidentalidad indeseada, e involuntaria. Otro error común, y muy peligroso, es la velocidad de acceso a las rotondas, que suele ser muy superior a la permitida. De este modo, se producen aceleraciones innecesarias que desencadenan la utilización inadecuada y negativa de los carriles de las rotondas, invadiéndolos descontroladamente y sin ningún tipo de señalización.
Dejamos esta infografía para aclarar el buen uso, según la DGT de los carriles de una rotonda.