El seguro de crédito, siendo un producto que ya “tinta canas”, sigue siendo el gran desconocido para la pyme, muchas veces por desconocimiento de funcionamiento y otra, por mitos de su baja utilidad.

Hoy en día, el seguro de crédito debería ser una línea indispensable más en el cálculo de costes de cualquier sociedad. ¿Piensa alguien qué cuando una empresa calcula los costes de fabricación de su producto no incluye el coste de personal?  No, ¿verdad? ¿Por qué admitimos entonces vender sin calcular el coste que nos supone financiar a nuestros clientes?

Sí, dar un plazo de 90 días a nuestro cliente para pagarnos, es una forma muy económica para él de financiarse, pero eso tiene un riesgo para nuestra empresa y es una temeridad no cubrirlo e integrar el coste de la cobertura dentro de nuestro proceso productivo.

Hoy en día, aparte de ser ilegal, nadie en su sano juicio se plantea conducir un coche sin el seguro de terceros, ¿Por qué? Porque en caso de accidente, todas las consecuencias económicas para el tercero estarían cubiertas y, por tanto, las mías también. Sin embargo, con demasiada frecuencia se vende sin seguro de crédito, y si ocurre el accidente (el impago) se acepta que todas las consecuencias económicas las asume la vendedora. Parece que esto tiene poca lógica y criterio. Un empresario debería siempre hacer un ejercicio de reflexión muy simple: ¿Cuánto tengo que vender, con el porcentaje de margen que deja mi producto, para soportar un solo impago?

Un seguro de crédito bien estructurado, con un estudio pormenorizado de la cartera de clientes, con un ajuste importante y profesional del coste de la cobertura, y con una revisión continua por parte del departamento financiero de la empresa que mantenga a la aseguradora “alerta y eficaz”, genera un coste tan sumamente asequible, que cualquier empresa debería contemplarlo dentro de su estructura de costes.

Además, no olvidemos que una cartera de clientes asegurada es una herramienta muy útil en la negociación con entidades financieras, de modo que el coste del seguro de crédito podría ser compensado con recortes en otros costes de financiación.

 

Pablo Martín Pelegrín

Consultoría Financiera

E.F.C. Group, S.L.

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